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Saturday, July 14, 2012

Ocupación poética a la deriva

Como todavía estoy de vacaciones y he vuelto a Madrid, me acerqué al Matadero a tomar una caña y dar un paseo con una amiga.  El paseo se multiplicó poéticamente.



La realidad aumentada, y cito de la web de Intermediae directamente: "permite geolocalizar contenidos en unas coordenadas físicas", es decir, nos permite repensar el continente físico y acceder a otro tipo de contenido virtual que nos rodea a través de "visores" --aplicaciones móviles que pueden escanear y "leer" archivos que estén en su radio de acción-- mientras nos damos un paseíto por el barrio.


Esta nueva aproximación al espacio tomada de la ciencia y la informática comparte elementos de la dérive situacionista, una especie de vagabundeo a la deriva, que permitió delinear los primeros ensayos de articulación psicogeográfica de la ciudad moderna. Allá por los años 60, Guy Debord decía en su teoría de la deriva: 

"Beyond the discovery of unities of ambiance, of their main components and their spatial localization, one comes to perceive their principal axes of passage, their exits and their defenses. One arrives at the central hypothesis of the existence of psychogeographical pivotal points. One measures the distances that effectively separate two regions of a city, distances that may have little relation with the physical distance between them. With the aid of old maps, aerial photographs and experimental dérives, one can draw up hitherto lacking maps of influences, maps whose inevitable imprecision at this early stage is no worse than that of the first navigational charts; the only difference is that it is a matter no longer of precisely delineating stable continents, but of changing architecture and urbanism". 

La comprensión de Debord del espacio como algo multidimensional e indeciso, predispuesto a alterarse según relaciones inestables entre los distintos nódulos de emoción, personajes o situaciones, y la posibilidad de capturar ese momento de intersección dinámica entre nódulos y zonas pivotales, es especialmente productivo en este momento en el que la nuevas tecnologías nos permiten un acercamiento al espacio multidimensional, a la par que somos capaces de concebir relaciones poéticas que trasciendan la plataforma tradicional alfabética.


La Arganzuela, y los alrededores del barrio de Legazpi se reinventan, se intervienen, se mutan y desestabilizan, creando una red emotiva, de arquitectura poética. La lástima es que la selección poética de Carlos Contreras Elvira sea, en su mayoría, un tanto cobarde e incoherente con la forma del proyecto, por no meterme con las lecturas dramatizadas y la musiquita de fondo que puede que sean, a veces, un poquitín petardas. Me gustaría ver poesía contemporánea, arquitectónica y, sobre todo, escrita originalmente en español. Más mutante.

Plaza de España, Madrid, 2012

Madrid está siendo intervenida. Poéticamente. Políticamente.

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