El
sábado pasado estuve en Vancouver en una maravillosa sesión de la Modern
Language Association sobre Carmen Martín Gaite. Organizada por Joan Brown de la Universidad de Delaware, la
sesión “Carmen
Martín Gaite in the Twenty-First Century: What Defines Her Legacy?” reunió a algunos de los
principales académicos del momento (y, bueno, a mí también) para que discutiésemos sobre el legado de la
escritora en el siglo XXI.
David
K. Herzberger de la Universidad de California, Riverside, exploró la
perspectiva revisionista de la escritora en su tratamiento de la Guerra Civil y
la posguerra. Randolph D. Pope y David T. Gies de la Universidad de Virginia
analizaron la marca personal de Martín Gaite en su obra biográfica y
académica. Pepe Teruel, de la Universidad Autónoma de Madrid, exploró sus
contribuciones al género del ensayo, mientras que María Luisa Guardiola, de
Swarthmore College, hizo lo propio con el epistolar. Joan Brown por su parte, revisitó su trabajo más conocido, El cuarto de atrás, ofreciendo algunas puntualizaciones sobre su
canonización hoy.
En
cuanto a mí, traté de dar respuesta precisamente a la pregunta guía de nuestra
sesión: ¿por qué seguir estudiando a Martín Gaite? ¿Qué puede ofrecernos hoy? Es
cierto que su obra es extensa y variada y que—aunque todo su trabajo haya
incidido en una cierta recurrencia temática—desde el punto de vista técnico la
escritora siempre ha buscado una experimentación que adaptase la forma a
lo contado. Teniendo en cuenta la atención que se ha dado a su trabajo
literario, en mi breve intervención crítica analicé unos cuantos ejemplos de
sus collages—visuales y textuales—de no ficción y los propuse como practicas
revolucionarias que deberían ser resituadas dentro del experimentalismo
contemporáneo.
Dicho
de otra manera, propuse que nos planteáramos un tipo de lectura que mirase las
características mediales de sus collages y su trabajo de no ficción dentro y
contra la cultura digital actual buscando una re-familiarización con esas
prácticas de escritura y lectura que hoy nos son tan habituales.
En definitiva, leer la obra tardía de Martín Gaite bajo el marco teórico de los estudios de medios de que hoy disponemos para, a su vez, proponerla como un posible
precedente para el experimentalismo (digital incluso) de nuestros días.
Carmen Martín Gaite. Visión de Nueva York |